La depresión en la tercera edad y claves de cómo actuar ante ella

La depresión en la tercera edad es una problemática más común de lo que nos pensamos. Sobre este tema, hoy nos escriben desde STIMA Mayores. STIMA Mayores está especializada en la atención y cuidado de personas de la tercera edad, ofreciendo servicios terapéuticos y asistenciales en sus centros de día ubicados en la Comunidad de Madrid. En su artículo hablan sobre la depresión, enfermedad que incide considerablemente en la calidad de vida de los mayores, afectando a su estado físico y anímico.

¿Qué es la depresión y cómo se diagnostica en los mayores?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la depresión como “un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del suelo o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”.

Según la OMS, la depresión es la principal causa de discapacidad a nivel mundial, afectando a más de 300 millones de personas. Esta misma institución señala que España es el cuarto país europeo con más diagnósticos de depresión. El porcentaje de personas de la tercera edad afectadas por esta enfermedad sería del 13%.

En el estado depresivo del mayor pueden establecerse diferentes factores según su origen:

• factores biológicos ligados con enfermedades propias de la edad como el Alzheimer, el Parkinson, diabetes, problemas cardiovasculares, dolores asociados a patologías como la artrosis, la circulación, etc.

• factores circunstanciales: la soledad, pérdida de un familiar o alguien cercano, la jubilación, la falta de actividad, la ausencia de autonomía funcional, etc.

La depresión puede convertirse en una enfermedad crónica que puede prevenirse y curarse. Sin embargo, su diagnóstico en las personas mayores es difícil puesto que sus síntomas pueden confundirse con otros ligados a enfermedades asociadas con la edad.

depresión en la tercera edad

¿Cuáles son los síntomas de depresión en los mayores?

Entre los síntomas más comunes de depresión en los mayores podemos destacar los siguientes:

• Tristeza que está muy presente en la vida del mayor y se prolonga en el tiempo.

• Falta de interés por vivir o inapetencia en el desarrollo de tareas vinculadas con su día a día.

• Sensación de cansancio incluso cuando el nivel de actividad es bajo.

• Mal humor que desencadena en una falta de interés por socializarse o estar en contacto con sus familiares o círculo cercano.

• Baja autoestima ante la disminución o falta de independencia.

• Problemas para dormir.

• Pérdida de apetito.

• Consumo elevado de alcohol.

En la actualidad se pueden diagnosticar hasta diez tipos de depresión en personas de la tercera edad. De ellos, los más comunes son:

– Depresión grave o mayor que engloba la incapacidad para conciliar el sueño, la dificultad para trabajar, la falta de apetito o desinterés por disfrutar de la vida. Aunque hay mayores que registran un único episodio es su vida, lo normal es que se diagnostiquen varios episodios.

– Trastorno depresivo persistente o distimia: sus síntomas no son tan fuertes como los de la depresión grave, pero suelen durar más de dos años.

– Depresión menor: los síntomas no son tan fuertes como los de la depresión mayor y su duración no es crónica.

– Depresión bipolar: en su diagnóstico convergen y alternan diferentes síntomas, como las alteraciones de comportamiento, la ansiedad, la irritabilidad, y la euforia.

– Cuadro ansioso depresivo: en su diagnóstico están presentes síntomas la ansiedad, afectando a su estado de ánimo y a sus capacidades funcionales.

¿Cómo actuar ante la depresión en personas mayores?

Para evitar los episodios depresivos o paliar sus síntomas y duración, además del tratamiento médico es conveniente que los profesionales de los centros de día o familiares ayuden al mayor a incorporar los siguientes hábitos:

1. Alimentación saludable y equilibrada evitando el consumo de alcohol y tabaco.

2. Asistencia a talleres de relajación que mejore su estado de ánimo y favorezca el sueño. Estos talleres pueden incluir actividades artísticas, musicoterapia o botánica.

3. Acudir a psicoterapia para trabajar conductas, pensamientos y sentimientos negativos del mayor.

4. Participación en actividades grupales (como excursiones o talleres de risoterapia) en las que pueda conocer a otras personas y donde potencie sus capacidades sociales.

5. Hacer ejercicio que favorezca el envejecimiento activo, disminuya posibles lesiones, mejore su estado de ánimo y autonomía.

6. Realizar terapias con animales con las que el mayor estará motivado, tendrá mayor actividad, potenciará sus vínculos emocionales, trabajará sus capacidades cognitivas y funcionales.