Consejos para cuidar a una persona con Parkinson

 

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El cuidado de personas mayores siempre es importante, pero existen casos en que esta ayuda se presenta como imprescindible, por ejemplo, en enfermos de Parkinson. Ayuda que debe ser adecuada y minuciosa para aliviar, en todo lo que se pueda, las consecuencias tanto físicas como emocionales de la dolencia.

Cuidar a una persona con Parkinson es un reto, y una oportunidad, para poder facilitar, y mucho, el día a día de la persona mayor.

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¿Qué es el Parkinson?

El Parkinson es una enfermedad neurodegenrativa que afecta directamente al sistema nervioso, perteneciente a los denominados Trastornos del Movimiento. Detrás del Alzheimer, es la enfermedad con mayor incidencia entre las personas mayores y, debido a sus efectos, provocando una pérdida de la capacidad motriz del enfermo, el cuidado especializado de estas personas se constata como algo primordial. Los cuidadores de enfermos de Parkinson son los actores principales para tratar de mejorar la calidad de vida de los mayores. Algunos de sus principales síntomas son:

  • Temblores en reposo.
  • Rigidez en el movimiento.
  • Disminución del movimiento.
  • Deterioro cognitivo.

Efectos en las personas mayores

Como se observa en los principales síntomas de la enfermedad, el Parkinson repercute directamente en la capacidad de movimiento del enfermo. Capacidad ya de por si maltrecha en las personas mayores que se agrava, enormemente, debido a esta situación. Estas secuelas constatan la necesidad de una ayuda externa para poder mantener la calidad de vida y que el desgaste físico, y psíquico, no se vea acompañado por el declive emocional.

¿Cómo cuidar a una persona con Parkinson?

Cuidar a un enfermo de Parkinson, ya sea una persona mayor o no, requiere de mucha atención y dedicación. Es una tarea difícil, ya que mucha responsabilidad recaerá en el cuidador o cuidadora y será él el que deberá lidiar con el avance de la enfermedad, tratando de mitigar sus efectos y conseguir mantener la calidad de vida del enfermo. Avance que supondrá, en mayor o menor medida, un aumento de la incapacidad de la persona afectada y, por lo tanto, un aumento de la dependencia.

Algunos consejos para su cuidado

Ante todo, es importante estar informado sobre qué es el Parkinson, su evolución y posibles efectos. Conocer estos detalles, puede servir, y mucho, para estar preparado para hacer frente al desarrollo de la enfermedad.

Por ejemplo, más allá de los problemas físicos derivados de la evolución del Parkinson, poca gente conoce los efectos psíquicos que también pueden aparecen (depresión o alucinaciones, entre otros), efectos que pueden resultar muy complicados de conllevar si no se está preparado.

Además, es importante pedir ayuda. Siempre que surjan dudas acerca de la medicación, o posibles complicaciones, es importante ponerse en contacto con el médico que lleva la evolución del enfermo para consensuar una actuación determinada.

Otro consejo muy relevante, a la hora de cuidar a una persona con Parkinson, es tener bien definido un plan de cuidados. Organizarse las tareas a realizar para buscar facilitar los cuidados, y conseguir mejorar la calidad de vida del paciente, es una manera muy eficaz de lograrlo. Por ejemplo, tener estructuradas las principales áreas de atención,  como la higiene personal, la movilidad o la estimulación cognitiva, con las indicaciones pertinentes para cada caso, es una modo de enfocar correctamente los cuidados.

Y finalmente, es muy importante tener alguna válvula de escape, un tiempo de desconexión para poder oxigener el cuerpo y la mente y prepararse, de esta forma, para ayudar más efectivamente. Cuidar a una persona con Parkinson puede desgatar también al cuidador, por lo que tener estos momentos de “libertad”, son necesarios para ser el apoyo físico y emocional que requiere el enfermo y no padecer el síndrome del cuidador.

Una ayuda de máxima calidad

La experiencia previa, de los cuidadores de personas con Parkinson, es imprescindible.

En estos casos, es muy importante que la persona que va a cuidar del enfermo de Parkinson ya haya tratado, con anterioridad, a personas mayores en la misma situación. La experiencia es un grado y, en casos como el descrito en este artículo, donde la dependencia del paciente va en aumento y el desgaste del cuidador puede ser muy acusado, contar con un bagaje en los cuidados de personas con Parkinson es necesario. Y en Wayalia, conscientes de esta realidad, dedicamos mucho tiempo, y esfuerzo, en encontrar al cuidador ideal para estas situaciones.

¿Cómo? El cuidador debe acreditar experiencia en situaciones similares y tener excelentes referencias para poder pasar el filtro de nuestro equipo de selección. La asistencia domiciliaria, en estos casos, es una ayuda que requiere de una especialización, muy determinada, para cuidar a una persona con Parkinson. No todo el mundo esta preparado para responder y aguantar las exigencias de este puesto: presión física y emocional para satisfacer las necesidades del paciente. Un reto, tanto para el cuidador como para el enfermo, que puede dar muchas alegrías a ambos.