Una quinta parte de los adultos mayores de entre 65 a 69 años, y hasta dos quintos de los mayores de 80 años, relatan al menos una caída en el último año. El 80% de las caídas se producen en el hogar y el 20% restante fuera del él; la gran mayoría de ellas no son reportadas.
Las caídas en el adulto mayor, son la razón de una importante pérdida funcional en las personas mayores, una destacada causa de ingresos hospitalarios y aumento de morbilidad y mortalidad en los mayores.
El 50% caerán cada año y la mitad de los que caen lo hacen repetidamente. Aunque la mayoría de las caídas producen lesiones leves, el 5% de los ancianos que caen precisará hospitalización, principalmente por fractura.
En el ámbito psicológico, las caídas también tienen consecuencias negativas, dando lugar al denominado“síndrome poscaída”, con síntomas de inseguridad y miedo o ansiedad ante la posibilidad de una nueva caída. Asimismo, las caídas tienen consecuencias económicas no sólo para las administraciones públicas, sino familiares puesto que constituyen para muchos de ellos la entrada en un período de dependencia e inicio de la invalidez. Suele suponer el inicio de la “ancianidad”, y la consecuente necesidad de ayuda domiciliaria.
Los factores de riesgo para las caídas son:
- Factores socio-ambientales: Mala iluminación, suelos mojados, escaleras y salidas de ascensores mal ajustados, escalerillas en trenes y autobuses, etc; todo lo que a una persona “joven” nos pueden parecer pequeños “obstáculos”, lo son muy grandes para la tercera edad.
- Alteraciones de la marcha y equilibrio.
También se aprecia un mayor riesgo de caídas en personas con deterioro cognitivo.
La educación en la prevención de caídas en el hogar, es un punto de gran importancia, porque en los hogares de los adultos mayores muchas veces se desconoce de peligros potenciales que pudiesen generar una caída. Dentro de los aspectos que se deben contemplar con el paciente y sus familiares o cuidador, están: uso de calzado adecuado incluso dentro de la casa, uso de barandas, alfombra antideslizante y una silla dentro del baño, dejar los pasillos libres de muebles y con buena iluminación, uso de barandas en escaleras, entre otros.
Fisioterapia en la prevención
La fisioterapia previene las caídas en personas mayores, su cantidad y consecuencias, ejora la fuerza muscular de los miembros inferiores, el control postural, la coordinación y el equilibrio.
El abordaje fisioterapéutico irá enfocado a:
- Mejorar la fuerza, la resistencia muscular y el movimiento articular de los miembros inferiores.
- Entrenamiento de la coordinación y equilibrio.
- Educación.
Os explicaremos cada una de ellas más exahustivamente:
Para mejorar fuerza, resistencia y movimiento general se pueden realizar ejercicios de resistencia progresiva con el uso de pesas de tobillo y theraband, ejercicios activos libres, bicicleta estática y se puede utilizar técnicas de facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP) los cuales además de permitir el fortalecimiento muscular trabaja la coordinación y la propiocepción.
En el entrenamiento de la marcha se debe tratar de mejorar la postura y reentrenar la realización correcta de las fases de marcha. Se puede trabajar la marcha anterógrada, retrógrada y lateral, tanto dentro de las barras como fuera de ellas, esquivar obstáculos, marcha en superficies irregulares y el subir y bajar escaleras.
En el entrenamiento de la coordinación y equilibrio, los fisioterapeutas utilizamos técnicas como la ya mencionada técnica de FNP y la técnica de Frenkel. Para lograr un control postural en el equilibrio bípedo es necesario lograr primeramente el equilibrio estático progresando a actividades de equilibrio dinámico de lo más simple como lo es aplaudir o tirar una bola en apoyo bipodal, hasta actividades más complejas como el equilibrio monopodal, la marcha de soldado y equilibrio en superficies irregulares, tomando siempre en cuenta las patologías y las posibilidades físicas del adulto mayor.
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Equipo de Corpore Fisioterapia Bilbao