Tenemos que comer de todo…. o no??

“Hay que comer de todo”, “los profesionales de la salud deben estar al lado de la industria alimentaria y no en frente”, “no se debe caer en el radicalismo cuando se realizan recomendaciones”, etc…

Estas son algunas de las falacias que se tienden a aceptar como ciertas por pura repetición. Es cierto que es recomendable una alimentación variada, y no es menos verdad que una alimentación saludable puede tener diferentes perfiles, véase una pauta omnívora, vegetariana, paleolítica, etc… siempre y cuando se realice de modo adecuado e informado y si es preciso bajo la supervisión de un dietista nutricionista que sea especialista en el patrón de alimentación que nos interese. El problema radica básicamente en que conforme se repite la frase “hay que comer de todo” más se confunde al público general, ya que a veces se pretende trasmitir algo similar a lo que acabo de mencionar, pero en no pocas ocasiones se aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para meter en el saco de lo saludable a productos ultraprocesados, ricos en azúcares añadidos, en grasas trans, etc…

El viernes pasado pudimos ver en el programa “equipo de investigación” de la sexta un reportaje que hablaba sobre ciertos aditivos y combinación de ingredientes que sobreestimulan  los centros de recompensa en nuestro cerebro y que por tanto aumentan la probabilidad de que, en busca de esa sensación de recompensa, tendamos a ingerir este tipo de comestibles diseñados para su sobreconsumo. Si a esta capacidad técnica de diseñar bromatológicamente estos productos comestibles, le añadimos la gran capacidad político económica de las grandes multinacionales de la industria alimentaria y su labor como lobbie, entenderemos lo cuidadosos que hemos de ser a la hora de realizar según qué afirmaciones o cuando menos de matizarlas adecuadamente para no confundir al consumidor.

Pablo Barcina, Dietista-Nutricionista